Recorrido
La tecnología existe desde hace muchos años, pero hoy está a un nivel sin precedentes. Las generaciones pasadas no han crecido con un móvil entre sus manos o viendo una serie desde la tablet como se ve hoy en los más jóvenes. Y ahí están, nuestros abuelos viendo como se alejan del mundo cada día más. La tecnología y las personas mayores son cada vez dos extremos más opuestos.
En los últimos años, la tecnología ha sido una revolución y a estas personas les ha “pillado” desprevenidas. La tecnología que usamos ayuda en que nuestro día a día sea más cómodo. ¿Y quién se merece tenerlo todo más fácil que nuestros mayores? Tenemos la herramienta más cómoda, y es inaccesible para ellos.
Tenemos aquí el término: “brecha digital”.
La brecha digital
Con el termino “brecha digital”, nos referimos a las diferencias que existen en el acceso y manejo de las nuevas tecnologías. Estas diferencias surgen en función de diferentes criterios como pueden ser la edad, el sexo, la residencia o los grupos sociales.
Brecha digital va ligado al “analfabetismo digital”, que básicamente hace referencia a la falta de habilidad que tiene una gran parte de la población (más concretamente de aquellos nacidos antes de 1960) para utilizar tecnologías digitales y herramientas para acceder a los servicios de Internet.
Existe la primera brecha digital y la segunda. La primera representa el acceso a la tecnología, mientras que la segunda brecha digital atiende a la población que tiene acceso, pero el poco conocimiento de herramientas y uso les impide disfrutarla.
También se utilizan los términos “brecha de uso”, “brecha de acceso” y “brecha de calidad de uso”. Esta última atiende al conocimiento para manejar la red, pero no saber como usarlo de forma eficiente para sacar mayor partido u obtener información de calidad.
La edad en la brecha digital
Al hablar de un concepto que tiene el término “digital” es algo que a nuestro mayores ya les suena extraño. Esta generación ha crecido sin tecnología digital, no había teléfonos, tablets u ordenadores, tampoco los servicios que van con ellos, como la comunicación actual. Realmente les cuesta saber cómo utilizarla, pero también les cuesta comprender el concepto de por ejemplo una videollamada. Entender cómo pueden verse en directo con su hijo a distancia. Tal es así, que en muchos casos la población de mayor edad directamente evita estas tecnologías por voluntad propia. Puede ser por varios motivos como sentirse incómodos o sentir pereza de aprender algo que parece complicado. Así, prefieren convencerse de que no lo necesitan.
En España hay un gran porcentaje de población envejecida que convive con avances tecnológicos en una evolución constante, y que tanto podrían disfrutarlos. Esto hace que un gran sector nuestro país se esté quedando atrás en la comodidades del día a día que nos brinda internet o el mundo digital.
Hace falta para nuestros mayores tecnología efectiva a la vez que cómoda e intuitiva para darles la oportunidad de disfrutar de ella como nosotros. Por esto necesitamos la herramienta que puede sanar esta brecha digital y acercar a nuestros abuelos.
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